El COVID-19 puede generar secuelas en corazón, pulmones y sistema nervioso
Hay casos de personas que se volvieron a contagiar
Las personas que enferman de COVID-19 pueden presentar, posteriormente, secuelas en corazón, nervios, pulmones y músculos; e incluso problemas de concentración y ansiedad, por lo que muchos necesitarán atención médica, tomar terapia de rehabilitación, además de consultar a un psiquiatra o psicólogo para atender los problemas de concentración y ansiedad.
Hay personas que enfermaron de COVID-19, y después de que fueron dados de alta todavía no recuperan el gusto y el olfato, y a lo mejor es todavía muy pronto para saber si se van a recuperar o no. Esa es una de las manifestaciones neurológicas (referente al sistema nervioso central), informó el doctor Carlos Fernando Godínez González, académico del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
Una de las secuelas puede ser la miocarditis, una enfermedad inflamatoria del tejido muscular del corazón. Mucha gente ni siquiera la percibe, y a veces sólo sienten palpitaciones, o como si el corazón les latiera muy rápido. Y son muy frecuentes.
“Los pacientes deben de estar al tanto de los cambios sufridos después del COVID-19. A lo mejor, tras recuperarse, sienten que el corazón palpita mucho después de que suben escaleras, y en ocasiones, al estar acostados, perciben como si éste se quisiera salir. Esas personas posiblemente están desarrollando una miocarditis, y necesitan buscar atención médica”.
En este caso, la persona tiene que ser revisada por un cardiólogo que verá si es necesario un electrocardiograma o un ecocardiograma; hay medicamentos que pueden ayudar a modular el ritmo cardiaco, y en un peor caso, podría necesitar un marcapasos.
Godínez González advirtió que en el caso de los hipertensos, además de los factores de riesgo que en sí tienen por este padecimiento, más los que puede tener a raíz del COVID-19, los hace candidatos a tener miocarditis y una arritmia cardiaca.
En algunos casos la arritmia es una fibrilación auricular con elevado riesgo de desarrollar coágulos (trombos) en el interior del corazón y que viajen al cerebro, pudiendo el paciente tener un evento vascular cerebral, mejor conocido como embolia.
Hay personas de la tercera edad que tuvieron un cuadro leve de COVID-19, que ni siquiera fue sintomático y sin fiebre, pero podrían desarrollar miocarditis; u otros que aparentemente no tuvieron neumonía y, sin embargo, sus pulmones no pueden hacer la conversión del oxígeno.
Los enfermos de COVID-19 que tuvieron neumonía y se recuperaron son candidatos a desarrollar fibrosis pulmonar. En los casos leves de la enfermedad se puede esperar que no la desarrollen; pero las personas que estuvieron hospitalizadas y utilizaron el oxígeno, sí podrían.
Con la fibrosis pulmonar el tejido profundo de los pulmones se va cicatrizando, lo que ocasiona que se torne grueso y duro. La persona siente que no recupera el aliento. Otras manifestaciones pueden ser: tos seca, cansancio, dolores en músculos y articulaciones, y pérdida de peso sin razón aparente. Algunos tratamientos podrían desacelerar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
“Hay personas que después de recuperarse del COVID-19 sienten ‘piquetitos’ en el pecho, cierto dolor al momento de respirar o moverse, en una expectativa leve. A nivel moderado, el paciente, al subir escaleras, tiene disnea o falta de aire; y a nivel grave, el paciente, después de salir del hospital, podría seguir dependiendo del oxígeno”, explicó el médico.
Otras secuelas son las generadas por el reposo prolongado, ya que hay riesgo de desacondicionamiento físico. Las personas, en este caso, pueden ser candidatos a procesos de rehabilitación y a recibir terapia física, con ejercicios, además de reeducación del patrón respiratorio.
En el mejor de los escenarios los resultados pueden ser alentadores. Hay casos de pacientes que tras un proceso de rehabilitación se sienten mejor que cuando les dio COVID-19. Todo va a depender de si tienen o no otras enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, si hacían ejercicio o no antes de enfermar; si están bien nutridos o no, o si sufren malestares como depresión.
En el caso de las personas que tienen 65 años o más, y duran siete días hospitalizadas, puede ser fatal la capacidad funcional y desarrollar problemas musculoesqueléticos. La falta de capacidad para distribuir oxígeno al cerebro, al corazón y a los músculos puede, posteriormente, repercutir en falta de energía suficiente; por consiguiente, son importante los ejercicios para que mejorar la capacidad muscular.
En este último caso, la mayoría de los pacientes podrán recuperar su capacidad muscular; pero si tienen una lesión severa, y estuvieron mucho tiempo intubados o sedados, se tendría que hacer la valoración específica para determinar si la secuela se superará.
Quien estuvo enfermo de COVID-19 puede acusar también problemas de concentración, depresión y ansiedad.
“Hay personas que se han enfermado de COVID-19 y se han recuperado, pero se quejan de que les cuesta trabajo concentrarse y se les olvidan las palabras; y esos casos podrían requerir estrategias de reeducación, y lo ideal es que se consulte a un psiquiatra”, declaró el médico.
Explicó que una persona que estuvo hospitalizada puede desarrollar ansiedad. “Hay que tomar en cuenta que muchos estuvieron quince días sin ver a su familia; a lo mejor vieron morir al paciente de la cama vecina”. Es recomendable atender la salud psicológica de estas personas.
Dijo que ha habido casos de personas que vuelven a tener COVID-19, en una segunda ocasión. “No he sabido de personas que enfermen tres veces. Tal vez sea por el tiempo que ha estado presente el COVID-19 en el país y en el mundo, pero yo no descartaría la posibilidad”.
Destacó que se podría desarrollar una inmunidad de tres a seis meses, pero hay personas que enferman, y después de superar el COVID 19, no la tienen.
Todavía no se sabe quiénes sí desarrollan inmunidad y qué personas no. Por lo tanto, no hay que confiarse, expresó Godínez González, e invitó a la población a continuar con medidas como mantener la sana distancia, usar cubrebocas, lavar las manos de forma continua, usar gel antibacterial con base alcohólica, permanecer en casa, salir sólo en casos necesarios y no acudir a lugares concurridos, entre otras.
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Guadalajara, Jalisco, 10 de febrero de 2021
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Cortesía Internet
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